Claudia Leslie Aguilar Rojas
Y me vi a través del espacio disforme y
oscuro…
Mil particulares siderales atravesaban mi
esencia…
una tras una…
sin dolor,
sin emociones,
sin vestigios de vida.
Ahí estabas…
¡Ahí estábamos!...
Cual locura existencial…
Uno al lado del otro,
sin mirarnos; ni hablarnos.
Sintiéndonos; pero ignorándonos por casi toda una
eternidad….
Allí me abrigaba la nada…
Aquí me invadió la pena hasta la saciedad…
Y me dije: “Paciencia, esto ya no es novedad”.
Y recogí mis versos,
mi pluma enfebrecida...
mi pluma enfebrecida...
rasgué la hoja sedienta de tinta…
Ahogué las ganas…
y me negué con rabia a que tú fueras el dueño
de estos versos.
me abandoné…
Inhalé profundamente...
Retornando a la sensación de aquel espacio ausente,
carente.
carente.
sin vida...
Dejé que las partículas se arrastren suavemente...
sobre aquella oscuridad...
Las reconocí a todas...
Sonreí.
Las acepté, las hice de nuevo tan mías.
Las dejé ingresar...
Atravesarme...
Atravesarme...
Y como siempre...
fuiste la nada.
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