Ámame...
No, no te detengas,
suspira y continua amándome.
Ámame así...
sin pretender entenderme,
sin cuestionarme,
ni interrogarme.
Sin condiciones emocionales que limiten mis vanidades humanas
ni mis caprichos femeninos.
Ama mi locura y mi desvarío con la vida
y ni te atrevas a entenderme si me aburro.
Ámame como jamás has amado,
sin restricciones,
ni coherencias mentales.
Y entonces...
cuando sientas que respirar duele,
que tus latidos cardiacos son caballos salvajes desbocados
que ya no puedes frenar ni evitar.
Cuando yo me convierta en la más apremiante necesidad
tanto como el aire que respiras…
cuando sientas que ya no puedes más,
que la vida no tiene sentido si dejas de amarme
entonces...
te dejaré amarme más...
mucho más…
Publicado en mi libro "Luces y Sombras de mi Arcoiris Literarario" pag. 33 - 34.
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